domingo, 12 de mayo de 2013

El amor de los nadie



Hace días hable con un muchacho que conocí esperando un autobús  me dijo que necesitaba sentir la devoción del mundo. Sé a lo que se refería, la belleza del mundo cayendo con la violencia del amor sobre el rostro de una mujer que no contiene nada dentro de sí misma, otros seres habrán podido detener antes el palpito de nuestros cansados ídolos, la ternura de la soledad, una estatua enorme que se erigía sobre todos los hombres como la verdad, como dios mismo cerrando la boca de los incrédulos, una melancolía que en realidad era amor. El nocturno de Chopin es posiblemente la única pieza musical que sabe cómo detener el tiempo, justo como lo hace el amor, justo como lo hace la mirada enamorada de una mujer  que quiere demasiado, que deja crecer en su boca El amor de los nadie.  El amor es el primer paso para aprender a querer, el enamoramiento primero nos arrastra  a la sumisión de los sentidos, dejarlo todo, querer alcanzar  ese amor cóncavo, ese amor pequeño y reflexivo que sentimos se ha ido hace tiempo muy lejos, muy lejos,  y está en un lugar donde los despojos de la carne son bromas sobre la verdad, hermosas bromas sobre las burbujas del océano y la espuma de las olas, enamorarse es aceptar que cada uno por separado vamos a ser una dimensión que juntara con la tristeza del amor nuestros  corazones, algo tan superior que no podemos hablar de ello porque es posible que nuestro basto lenguaje incapaz de mover una sola pestaña frente al amor se marchite y no exista, cosas que no hemos nombrado jamás, heridas tan profundas que de ningún modo serán conocidas, aberturas tan amplias dentro de los ligamentos de la carne que nunca podrá zafarse de nosotros la suprema sensación de humildad y ese miedo inmenso de no amar nunca más. Hay días en que no siento pena, pienso; la humanidad, que grande espacio entre la luz y la luz.

Trato de creer en ese amor, sé que he sido pobremente participe de él,  no pienso morir jamás, y mi amor tampoco porque es un amor sin destinatarios, un amor tan extraño que se me sale de las manos mientras camino, un amor que se pega en las cosas un amor que se queda enredado en los botones de los abrigos y jamás deja de descocerse, un pobre amor muy cierto. Quiero creer en él, pero después de la propagación de mi amor, que no se apaga nunca vuelvo a casa, y veo con tristeza que el 14 de marzo ha sido el día más trágico que he tenido en años, mi carne está hecha de santos, mi abuela era una santa que alimentaba 12 niños ajenos y era castigada y rechazada por amar, mi madre ha llegado a las 10 de la mañana después de un día y una noche en el hospital cuidando a mi hermano adolorido,  mi vecina llega a mi casa llorando y cojeando, hace menos de un mes le dijeron que debían intervenirla porque la pobre tenía un problema muy serio en la vesícula,  cuando llego el día de su cirugía, fue remitida al quirófano y en el paseo con silla de ruedas pensó en medio de su dolor abdominal y su insoportable molestia que todo iba a estar bien; en la cirugía le extirparon  las trompas de Falopio y le halaron el útero, mordisquearon sus vísceras y luego dejaron dentro de ella un par de algodones pudriéndose, todavía no le extirpan la vesícula ni  le ayudan, se arrastra hasta mi casa quejándose mucho de su dolor, pidiendo auxilio, mamá la cuida aunque hace más de 24 horas no duerme ni descansa, ora por ella, impone manos, le prepara un agüita para los nervios, consigue el numero del esposo de mi vecina y lo llama, le pide con carisma sin igual que venga pronto porque la señora B se ha puesto mal de nuevo, se vuelve hacía ella y le sonríe como diciéndole que todo se va a poner bien, y cuando ha acabado de curar sus heridas emocionales y la ha dejado en su casa esperando a su marido, recibe con alegría a su vecina predilecta una mujer de más de 50 años, sin hijos, ni esposo, ni padres, ni casa, ni pensión, ni un seno, porque a veces el cuerpo humano no tiene compasión consigo mismo y decide auto mutilarse con amor, con un amor inútil similar al de la humanidad, mamá le consigue un empleo de un día para que tenga algo de dinero, mamá recibe llamadas tristes todo el  tiempo porque ella es una sanadora, una protectora de los desamparados, no está interesada en nada, no quiere evitar el mal, no huye de los placeres de la carne porque a ella no le queda tiempo para eso, ella piensa en hacer el bien. Unos familiares cercanos acaban de sufrir una calamidad; su primo (sobrino, nieto) de 14 años muere, mamá envía un -que triste- y consuela por teléfono a mi prima. La semana pasada encontraron en un humedal a una niña de mi familia, una niñita que nunca conocí y a quien yo no recuerdo, pero mamá si y por eso ella consuela a la familia y no yo. El sobrino de una de las mejores amigas de mi madre murió la semana pasada, uso una jeringa infectada y su pobre cuerpo casi adolescente patino sobre la tierra y luego bajo ella y después  de hacer una caminata supra lunar por los rincones más habitados de sí mismo, murió, mamá consuela.

Una rubia acuerpada que vive al final de mi calle vino a la ciudad  y se comprometió con un anciano de 83 años porque le prometieron que si lo cuidaba hasta la muerte iban a darle una buena parte del dinero de la pensión, el viejo se suponía no tenía más de 4 meses aquí en este lado, hace más de un año, ella vive con el viejo, viene a casa llorando y dice que no soporta más eso, que va a buscar un trabajo, que va a abandonar al viejo, que ya no le interesa la pensión, es muy infeliz, mamá hace agua aromática y la consuela.

Mamá es parte de una dinastía de la Santidad que no para nunca las obras, ella hace parte de una raza compasiva creada y evolucionada en comprensión, mi madre no soporta mi insomnio ni mi cansancio, es una buena mujer, sencilla y bonita, mucho más bonita que yo, mucho más sencilla, mucho más buena.

Hoy mi prima la que me hacía prometer que jamás iba a contarle a nadie que fumaba, ahora crecida, con dos hijas, llega a mi casa llorando mientras mi madre ya no está, viene en su motocicleta, está enojada con el mundo, está enojada con la miseria, pasó a una casa de inquilinato que pertenece a mi abuela y vio en un baño a un niño enfermo y amarillo temblando junto al váter, cubierto de vomito y con unos enormes ojos de haber llorado toda la vida, temblando por una posible enfermedad de quien sabe que, su niñera Doña Niñera una mujer golpeada por su marido a quien mi madre a redimido en muchas ocasiones y a quien ayudo después de que su cónyuge le aventara tan fuerte el amor en la cabeza que le hiciera sangrar los oídos, ha dejado al niño en el baño pudriéndose mientras habla con las vecinas sobre algunas cosas seguro muy importantes para una mujer que no tiene en la vida más que un vecindario y tal vez dos o tres sueños para unos hijos por los que da la vida, quizá más, porque la gente es ambiciosa, quizá más… Cuando mi prima llegó el niño lloraba en el baño y otros 10 niños a los que Doña Niñera cuida en una habitación  de 4 x 5 estaban corriendo por todos los pisos y gritando, mi prima grita a Doña Niñera, la niñera no está interesada en nada, mi prima la grita de nuevo y Doña Niñera viene enojada y agarra al niño fuerte por el brazo y lo saca arrastrando del baño, mi prima grita a la niñera y la insulta, Doña Niñera sube las escaleras y mete al niño en el otro baño, mi prima sale encolerizada de la casa mueve su moto una calle entra a mi casa enojada, deja el casco en la mesa, me mira tan duro que casi me duele y le dice a mi abuela, que esta sentadita en una silla casi a medio dormirse esperando que alguien venga a acompañarme mientras trabajo, que ella no puede más con eso, se pone a llorar nos cuenta su pobre historia, llora mientras piensa en sus hijas y se las imagina medio desnudas y enfermas llorando en un baño mientras la orina les escurre por las piernas y tienen fiebre, se las imagina siendo golpeadas por una desconocida, piensa en sus hijas profanadas, en sus infancias cortadas para siempre por la oscuridad de una casa de inquilinato donde los vecinos gritan mucho  los niños almuerzan en el suelo del pasillo y pintan sus dibujos infantiles sentados en la escalera de la comunidad, llora y le dice a mi abuela que eso es pecado, que eso no puede seguir así, que esos niños están en condiciones infrahumanas bla bla bla, mi abuela no dice nada, sonríe a veces y se tapa la cara, no es una sonrisa de maldad sino de incomprensión, mi prima se va  enojada y dice que no va a volver a esa casa nunca más, y que no quiere vernos. Se va en su motocicleta llorando. Lo cierto es que está un poco sentimental porque fue ella quien hace unas horas supo de la muerte de su primito de 14 años, que se murió enloquecido por los espíritus de la ouija según creen, que se murió loco y triste y le dio un ataque respiratorio en cuanto lo mandaron a su casa porque no era posible diagnosticarlo aun, después de tres meses de hospital y grititos detrás de las puertas y pequeños secretos en blanco y negro que corren por las calles y se meten a morirse en los hospitales del estado. Ella se va, indignada, cansada, no es justo, no es humano bla bla bla. Cuando sale, mi abuela me dice que no entiende porque mi prima se ha enojado, - Los niños sufren mucho, algunos hasta se mueren debajo de sus camas en las casas de inquilinato.- dice mi abuela, ella alimento a cuatro niños pobres que dormían en el suelo y se quedaban solos todo el día en su choza mal hecha porque su madre tenía que salir a trabajar, mi abuela calentaba los frijoles dulces que la madre les dejaba en una olla sucia y hacia que comieran, me habla de los frijoles dulces, dice que los tengo que probar, que son magníficos, -deben serlo- le digo, pueden ser una delicia culinaria pienso, mi abuela hospedaba en su casa un número significativo de familiares durante meses, y les daba comida y bebida, mi abuela ponían en alquiler cuartos para señoras con más de cinco hijos que trabajaban todo el día, mi abuela peleaba porque dejaban niños encerrados, mi abuela no era una activista, no era una feminista, ella conocía su lugar, no de sumisa si no de humana, gente, mi abuela dio posada durante semanas a una niña enferma a la que le hedían las piernas y no podía caminar, en alguna reunión familiar, la niña de las piernas enfermas ya crecida agarro a mi abuela y la abrazo tan fuerte que ella creyó que moriría de una asfixia esotérica, mi abuela no la reconoció, no sabía quién era, era una mujer alta que la abrazaba y le decía mamá chavita, mi abuela tuvo que preguntarle quien era y entonces ella respondió que era la niña María, la que tenía mal las piernitas dijo y agradeció por todos los cuidados de la infancia, a mi abuela le pareció bien y luego siguió ayudando en la cocina sin darle mayor importancia a los elogios que le pusieron encima, -A mi también me ha tocado sufrir mucho por la gente que sufre- dice mi abuelita –No sé porque su prima se queja si ella nunca ha visto  a los niños que sufren de verdad, en la casa por lo menos los niños tienen comida y alguien que los está vigilando, porque iba a escandalizarse uno porque los niños se sientan en el piso a dibujar o a almorzar, cuando los niños que de verdad sufren están todos los días solos en su casa y son violados por los vecinos, a mi me parece que están mejor  ahí con Doña Niñera- le digo que sí  es cierto abuela, los niños sufren mucho.



Trato de dar ese amor pero no puedo, porque mi amor no es beatifico, mi amor es el amor de los nadie, un amor nacido de mi egoísmo perro del infierno sostenido por la mano agujereada de Jesús Señor Espíritu Santo, El cancerbero aparece en la biblia, dice que Dios todo poderoso sostiene al demonio que es como perro miserable, que le deja ladrar para molestar el pecador y acongojar su alma. Un amor que se reparte por la calle en silencio, un amor que se va con la gente y no regresa, un amor que no hace bien a nadie ni gana premios de paz pero que parece bello, he estado dos horas viendo la cara de  Marina Abramovic, su expresión me entristece, soborna la fragilidad de mi corazón y me siento agredida por ella, un mujer de 60 años que parece de 45 y busca amantes de menos de 30, hace un performance en el que permanece todo el día sentada viendo gente, tienes dos minutos para sentarte y mirar a los ojos a la señora Abramovic, la gente llora, pienso que debe ser hermosa, que dentro de sus ojos los gusanos deben pasar todo el tiempo y se deben ver cientos de pájaros cruzando de un lado al otro. La desgracia y el amor hacen parte  de la realidad, ambos están ahí ¿en cuál deberíamos creer? En el amor de los nadie, un amor tan limpio y bello que huye constantemente y es sublime, o en los niños que sufren en mi cuadra. ¿Que dolor importa más? “nadie sabe lo que sufren los escritores, los demonios que llevan dentro, el ansia, el hambre de hacer lo que uno está llamado a hacer (la gente que se queja de eso debe ser castigada y silenciada), ser quien uno debe (castigada y silenciada), el dolor de lengua de los profetas,  la visceralidad del poeta, el hambre física y espiritual, lo que le duele parir un verso de verdad, como siente que se muere cada vez que escribe un poema bello”, “Nadie sabe como tenemos galerías de arte y niños con hambre, como se puede creer en la belleza absoluta cuando una madre borracha golpea a tu puerta y cuando abres te golpea en la cara. Por qué decimos que hay arte, ¿para qué sirve el arte aquí? ”, ¿cuál es el asco que debemos sentir? ¿Que es más importante? ¿Cuál es el extremo que más nos importa? Ambos extremos por supuesto, todo, porque esta condensado en un solo plano, el de la realidad. La próxima semana estoy invitada a comer frijoles dulces en casa de la abuela, solo espero que estén muy buenos, realmente buenos. 

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